miércoles, 22 de mayo de 2013

¡QUIEN DICE QUE NO SERA UNA POTENCIA FUERTE?

Ahora que finalizaron los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la mirada está puesta en Brasil, una de las economías con mayor crecimiento del mundo.
Al igual que sucede con muchas naciones emergentes, el gigante de Sudamérica se ha visto desfavorecido por la falta de infraestructura básica, carreteras, trenes, aeropuertos y puertos.
La nueva infraestructura que se construirá para la Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos (JJ.OO) de Río de Janeiro 2016 ¿ayudará para aliviar esta situación o solo agregará un nuevo conjunto de flamantes estadios al ámbito deportivo?



SE DUPLICAN LAS APUESTAS
Los eventos deportivos internacionales pueden ser vistos como una fiesta de presentación para los países que desean presumir su nuevo estatus de gigantes económicos. Vale recordar los casos de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 o el de Barcelona 1992.
Sin duda, Brasil pertenece a este club: su rápido crecimiento a lo largo de las últimas décadas ha transformado al país en la sexta economía del mundo, a pesar de que el crecimiento se desaceleró en el 2011.
Pero los grandes acontecimientos deportivos no necesariamente generan beneficios en el corto plazo para los países anfitriones.
Brasil está duplicando su apuesta deportiva como sede de la Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos en el 2016.
Dado que la mayoría de los gastos apuntan a construir (y reconstruir) estadios deportivos e infraestructura que permita a los espectadores moverse entre los diferentes estadios, sin dudas el país aprovechará la sinergia que implica ser sede de esto dos eventos con una diferencia de dos años.

¿CUÁNTO COSTARÁ?
Un estudio realizado por la Universidad de Sao Paulo estima que el desembolso de Brasil previo a la Copa del Mundo 2014 será de aproximadamente 18 billones de dólares, de los cuales, 14 billones vendrán de los bolsillos de los contribuyentes fiscales.
Los desembolsos previstos para la organización de los Juegos Olímpicos agregarían otros 15,000 millones de dólares adicionales, resultando en un gasto total de 33,000 millones de dólares para el Mundial y los JJ.OO., las máximas citas deportivas del planeta.
Se trata de una cifra importante en comparación con otros gastos olímpicos recientes.
Pero, por supuesto que habrá beneficios. El Ministerio de Deportes de Brasil indica que se crearán 120,000 puestos de trabajo por año gracias a las tareas de preparación para los dos grandes eventos deportivos.
Analizando algunas otras cifras: según una encuesta realizada por la Universidad de Sao Paulo, el impacto económico general bruto de Río 2016 se calcula en 51,100 millones de dólares.
A esto se le suma, de acuerdo a un estudio realizado por Ernst & Young, que el impacto general de la Copa del Mundo 2014 será de 70,000 millones dólares en inversiones directas e indirectas. Esto representa un impacto económico bruto que supera los 120,000 millones dólares por ser sede de ambos eventos.
Estos datos son sumamente optimistas. Por lo tanto, tomaría precauciones antes de considerar el costo total de 32,000 millones de dólares y las ganancias totales de 120,000 millones de dólares como verdades absolutas.
Ya pudo advertirse que, en el pasado, los beneficios se sobrestiman de manera significativa, mientras que los costos superaron ampliamente los presupuestos. Esto es exactamente lo que se ha constatado en los Juegos Olímpicos 2012.
La presidenta de Brasil, Dilma Roussef anunció recientemente el compromiso de dedicar 66,000 millones de dólares a proyectos de infraestructura de largo plazo. El plan se encuadra dentro de un plazo de 15 años, y no tiene relación con los preparativos para los dos grandes eventos deportivos.
Este compromiso para mejorar la infraestructura proporciona un fuerte indicador de que Brasil está listo para desembolsar dinero para promover su crecimiento económico a futuro.

¿QUÉ SECTORES OBTENDRÁN MAYORES BENEFICIOS?
Durante la organización para ambos eventos, y mientras se desarrollen el Mundial 2014 y los JJ.OO. 2016, se espera que el turismo se incremente drásticamente, sobre todo en Rio de Janeiro.
La maravillosa ciudad carioca se encuentra como destino turístico popular, con más de 1.4 billones de visitantes por año.
Combinando ambos eventos, se espera que el turismo se duplique a 3,300 millones de visitantes por temporada, cuyo impactante volumen seguramente aportará beneficios al sector hotelero y a los comercios minoristas locales.
Hemos aprendido de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 que el efecto negativo de las multitudes es un riesgo a tomar en cuenta, ya que muchos visitantes regulares de Londres boicotearon la ciudad durante la cita olímpica, generando una demanda mucho menor de la esperada en el sector hotelero y otras actividades turísticas vinculadas.
Tal vez el efecto no sea tan drástico en el caso de Rio de Janeiro, dado que representa un lugar más exótico para muchos viajeros internacionales y no un lugar “de visita frecuente” como lo es ahora Londres.
Otros sectores que seguramente también se verán beneficiados son los de la construcción y el eléctrico. Ambas industrias se beneficiarán sobre todo durante los momentos previos a los eventos mientras que los sectores vinculados al turismo recibirán la mayor parte de sus ganancias durante el desarrollo de ambas competencias.
Además, el sector de las telecomunicaciones, junto con el transporte se beneficiará de la creación de empleos y de una mayor demanda de visitantes extranjeros.

POTENCIAL A LARGO PLAZO
En términos generales, el impacto en el corto plazo seguramente sea pequeño y es poco probable que tanto el Mundial de Fútbol como los Juegos Olímpicos generen un crecimiento importante de la economía.
Sin embargo, queda claro que las inversiones en infraestructura en Brasil serán un factor decisivo para el crecimiento económico en el largo plazo. Brasil país dará varios pasos hacia la modernización, aumentará su eficiencia y seducirá más inversiones extranjeras.
Con la mejora en las carreteras, las vías de los ferrocarriles y los puertos, el Brasil mejorará su eficiencia y se convertirá en un blanco más atractivo para los negocios, y algunos de sus productos esenciales como el hierro, la soja y el café, podrían beneficiarse gracias a un incremento en la demanda de parte de otros países.
Sin dudas, la organización exitosa del Mundial y los Juegos Olímpicos será un elemento catalizador para la imagen del país de cara al futuro.
Al final, la mejora en la reputación de Brasil seguramente sea mayor que el beneficio financiero generado por ambos eventos deportivos.

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